viernes, 18 de abril de 2014

La última gota

Las mujeres no somos tan complicadas. Algunos hombres piden que llevemos un manual de instrucciones incorporado, para no tener que romperse el cráneo pensando... ¿y qué tal añadir la garantía?

Que no, que no... que la cosa es bien sencilla, sino juzgar vosotros mismos con unos pequeños ejemplos.

Por ejemplo, las típicas preguntas trampa que hacen las mujeres, son aquellas que si no contestas malo, si contestas peor y depende de lo que contestes...

Cando una mujer te dice: "¿Cómo estoy?", es una pregunta, de eso no hay duda, pero sólo cabe una respuesta posible: "Estás preciosa". Es más, no debes decirlo simplemente, sino que debes ser convincente y repetir: "Hoy estás radiante". Después de este esfuerzo interpretativo, ella responderá con un falso rubor (puesto que eso es lo que ella esperaba como mínimo), o bien con un seco: "Sí, seguro, ¿pero tú tienes ojos en la cara? ¿has visto qué pinta tengo?", con lo que ahora serás tú el ruborizado.

Ante todo, tú nada de sinceridades, no es el momento... si por casualidad se te ocurre insinuar algo así como: "Lo cierto es que tienes razón..." MEEEEECCCCCCC respuesta incorrecta.

Aquel que ose opinar abiertamente sobre el aspecto de ella recién levantada y después de una noche de juerga (en que la madrastra de Blancanieves en comparación, es lo más parecido a Mudito...) incitará a pensar: "¿Pero con quién me he liao?”

Otras preguntas trampa tipo son:

- "¿Cómo me queda?" en cualquier probador. La respuesta será: "Perfecto".
- "¿Te parece que estoy gorda cariño?" A esta, la respuesta correcta siempre es: "Rotundamente NO", pero ella te dará mil y una perspectivas para que termines pensando lo contrario; ahora, que como digas que SÍ, Lorena Bobbit a su lado, la Madre Teresa de Calcuta.

El colesterol alto

Hace ya unos años oí hablar de este término por primera vez, puede que a alguien le suene: se trataba de ir dejando libros por la geografía urbana a la espera de que alguien los encuentre y después de leerlo hiciera lo mismo, dejarlo en otro lugar completamente público para que otro lector afortunado dé con su paradero. Liberar libros (la verdad es que me encanta ese término).

El bookcrossing sería como un gran club de lectores que se prestan libros unos a otros, sin necesidad de conocerse y, a la vez, da la oportunidad de poder seguir su camino, su senda por la "selva".

Cada libro que se desee liberar se incluye en una base de datos, Colesterol alto se le facilita un código único para poder identificarlo. Si se desea liberar, basta con dejarlo en el lugar elegido, y si además quieres facilitar su búsqueda, en la web de Bookcrossing puedes dejar una descripción del lugar y de qué libro se trata. Si quien lo encuentra es un bookcrosser, puede incluir una reseña en la web y así su liberador podrá saber si ha sido encontrado, si ha viajado y la opinión de ese nuevo lector.

A través de esta web también se organizan anillos de lectura, es decir, yo tengo este libro para prestar, pero no lo quiero liberar ¿quién quiere leerlo? Y se organiza una cadena de lectura, al terminar el libro vuelve a su origen (aunque eso puede ser tras largo tiempo), pero al menos Colesterol alto se tiene el libro localizado.

También existen zonas oficiales de cruce, donde los distintos miembros han ido dejando lugares que consideran perfectos para realizar liberaciones (por fácil acceso, por seguridad para el libro evitando su deterioro, etc.) Fuente

La iniciativa nació en 2001 y se trata de algo a nivel mundial, por lo que si viajas al extranjero también podrás encontrar o liberar un libro, hasta la fecha (Agosto de 2005) hay 383,971 bookcrossers registrados. Para cazar un libro desde la web, se puede consultar vía web los lugares y libros liberados en USA, Canadá, Alemania, México, Italia, Australia, UK, Francia y España entre otros.